Tu cuerpo durante el segundo trimestre del embarazo

Creciendo gracias a ti

Quizá este sea el trimestre donde los cambios de tu cuerpo van a ser más espectaculares y evidentes. En poco tiempo tu barriga aumentará al tamaño de un balón de fútbol: tendrás que comprarte ropa de premamá y aprender a dormir con ese volumen incómodo. Pero recuerda, ¡es un pasajero! Comparte tu estado y tu ilusión con los demás, lo disfrutarás más.

Semana 15

 

Tu barriga abulta lo justo para que empiecen a no abrocharte los pantalones. No te empecines en seguir usando tu ropa habitual: cómprate algunas prendas cómodas y de tu gusto. La moda premamá actual tiene propuestas de todas las tendencias, sólo tienes que elegirla tuya y disfrutarla durante todo el embarazo, gracias a las cintas de goma y botones ajustables. Además del diseño, busca la comodidad, y opta por prendas realizadas con fibras naturales. 

A nivel interno, tu placenta empieza a producir una gran cantidad de hormonas que pueden hacerte sentir algo despistada, algo torpe o desmemoriada. Si te sientes de esta manera o te cuesta concentrarte no te estreses y tómatelo con calma ¡es perfectamente normal!

Semana 16

Tu útero ha aumentado de tamaño: puedes tocar su parte alta entre el pubis y el ombligo. Por las noches evita dormir boca-arriba, ya que el útero puede oprimir la vena cava y hacer que se hinchen tus piernas, te salgan venas varicosas o te den mareos. ¿La mejor postura? Sin duda, de costado. Otra recomendación: intenta no hacer ejercicios tumbada de espalda.

Seguramente también empezarás a conocer la “hipotensión postural”, o la disminución brusca de la presión sanguínea debido a un cambio en la posición. Al descender la presión arterial por causa del embarazo, el sistema cardiovascular no reacciona tan rápido como antes, y puede producirte mareos. Si notas que te mareas, cambia rápidamente de posición: siéntate, aunque sea en el suelo, y con los pies elevados. 

Otros síntomas que puede que aparezcan: congestión de nariz, pequeños sangrados al lavarte los dientes, y que está relacionado con el aumento del volumen de sangre, que es más del 40-50% del que tenías antes del embarazo, cosa que también hará trabajar más a tu corazón, aunque no comporte ningún problema.

Semana 17

Tu cintura ha perdido un poco de su estado original y puede que tu peso haya aumentado de 2 a 5 kilos, pero tranquila que todo volverá a su sitio, esto es transitorio. La mayor parte de este aumento se debe al feto, la placenta y al líquido amniótico, además de al aumento del volumen de sangre de tu cuerpo. 

Habrás notado más cambios: tus pechos han seguido cambiando a causa de las hormonas del embarazo, las venas se ven ahora mucho más que antes debido a una mayor irrigación de sangre, y las glándulas que producirán leche crecen y comienzan una maduración necesaria para amamantar. Por eso, su tamaño aumenta notablemente, de una a dos tallas de sujetador. Así que si tienes que comprarte alguno nuevo, hazlo pensando en que venga preparado para la futura lactancia. 

Semana 18

Justo debajo de tu ombligo está tu útero y, en su interior, un bebé que empieza a moverse. ¿Quieres notarlo más? Túmbate después de comer, sobre todo si son alimentos dulces, y presta atención: al rato empezarás a notar unas “hormiguitas” en tu interior. Si ya has estado embarazada antes, lo percibirás rápidamente. Si es tu primera vez, quizá te cueste un poco más ¡Seguro que pronto lo haces!

Semana 19

El útero ya está a la altura de tu ombligo y tu perfil es sin duda de embarazada. La alta producción de hormonas placentarias hacen que los melanocitos de la piel produzcan más pigmento: de ahí que te haya salido la línea alba, que recorre tu abdomen en vertical, se hayan oscurecido tus pezones, o manchas en la piel de la cara (también conocidas por cloasmas), sobre todo si no te proteges adecuadamente del sol. No hay que preocuparse ya que todo esto desaparecerá después del parto.

Puede que tu piel también se reseque, por lo que intenta mantenerla bien hidratada con cremas apropiadas para el embarazo. Combatir la hinchazón de pies del final del día, sobre todo si hace calor, también es posible: pon las piernas en alto varias veces al día, anda lo máximo posible y no estés mucho rato en la misma postura. En la cama puedes ponerte un cojín o incluso una manta doblada en la zona de los pies, así favorecerás la circulación de retorno durante la noche.

Semana 20

En el ecuador del embarazo notarás cómo se mueve tu bebé de forma evidente, sobre todo después de comer. No te preocupes si pasan horas sin notarlo, piensa que el bebé está tanto tiempo dormido como despierto. ¿Quieres sentirlo de nuevo? Túmbate y relájate, mejor si es después de comer, ¡y disfruta de sus acrobacias! Es un buen momento para empezar a preparar y organizar las cosas para el día del parto. Mejor si lo haces en pareja, y con la ayuda de tu familia y amigos.

Semana 21

Tu barriga y tu peso han aumentado en parte porque el útero ya sobrepasa el ombligo. Quizá tengas de 5 a 7,5 kg de más, piensa que durante el embarazo, para no sentirte mal, no deberías superar los 12 kilos de sobrepeso. A pesar de todo, te sientes ágil y no te cansas tan fácilmente como en el primer trimestre.

Quizá la mayor molestia que sientas es la del estreñimiento. Para ello, puedes recurrir a alimentos o infusiones a base de frutas (ciruela, tamarindo y kiwi), de alto contenido en fibra soluble que ayuda a regular a la regulación del tránsito intestinal.

Semana 22

¿Te notas con un apetito voraz? Intenta controlarte un poco y seguir una dieta sana y variada basada en fruta, verdura, ensaladas, legumbres y pescado azul. Intenta evitar los dulces y los fritos, aunque sin restricciones ni prohibiciones.... y alégrate, ¡seguro que ya notas las pataditas de tu bebé! 

El peso de tu barriga puede que te produzca molestias en la espalda, lo que te llevará a curvarla hacia atrás sacando la barriga hacia delante, pose conocida como “marcha de orgullo de la embarazada” y que se da por el desplazamiento del centro de gravedad de tu cuerpo hacia delante. Al echar la espalda para atrás lo que haces es equilibrar el peso, pero a menudo produce dolor. Para aliviarlo, usa zapatos planos y eleva las rodillas por encima de las caderas al sentarte.

Semana 23

Semana de transición en la que, a pesar de sentirte ágil, cada vez tiendes a notar mayor pesadez. También es una semana que afecta a la libido, puesto que puede que te empieces a ver muy diferente y eches de menos tu figura anterior... Recuerda que tu estado es pasajero, ¡algún día el bebé nacerá y podrás recuperar tu figura! Además, muchos hombres encuentran especialmente atractivas a las mujeres embarazadas y por otro lado, el aumento de hormonas placentarias puede que aumente tu libido... así que ¿cuál es el problema? Mantener relaciones sexuales durante el embarazo no es perjudicial para el bebé ni para ti, así que disfruta de ellas si te apetece.

Semana 24

El útero ya sobrepasa varios centímetros tu ombligo, aumentando el volumen de tu barriga y estirando la piel, lo que puede producirte picor y sensación de sequedad. Combátelo con una buena crema hidratante, extiéndela por todo tu cuerpo, sobre todo en la barriga y las mamas. 

Como tus intestinos cada vez tienen menos espacio y no pueden trabajar como de costumbre, puede que, además de las digestiones pesadas, se acentúe el estreñimiento. También el estómago se ve oprimido, lo que puede provocar que su contenido suba al esófago dando lugar a ardores de estómago (reflujo gastroesofágico). Consulta a tu médico para aliviar estos síntomas.

Semana 25

¿Ganas de descansar? Es posible que sientas más molestias además de mayor pesadez. La barriga es bastante grande, ¡casi parece un balón de fútbol! y cuesta moverse y encontrar una postura adecuada. A esto se le suman las digestiones pesadas, la acidez de estómago y el dolor de espalda, que puede que no te dejen dormir bien. Por otro lado, cada vez se acerca más el momento del parto, y eso puede que te haga sentir algo de miedo o angustia... No te preocupes e intenta relajarte: date un baño caliente, toma un vaso de leche caliente, una infusión base de tila y melisa, lee un libro o escucha música que te relaje. Te ayudará a dormir mejor.

Semana 26

¿En algún momento sientes algo parecido a contracciones? Seguramente son las de Braxton Hicks. No te preocupes, no suelen doler, o como mucho, se parecen a los cólicos menstruales leves. Son contracciones de “ensayo” que aparecen de forma irregular y ayudan a preparar el útero y la pelvis para el parto. Sólo vigila no tener más de cinco en una hora, o que sean regulares como por ejemplo cada cinco-siete minutos. En este caso, consulta con tu especialista, ya que podrían indicar que te estás poniendo de parto antes de tiempo.

Semana 27

¡Adiós segundo trimestre! Cuando acabe esta semana ya podrás despedirte del segundo trimestre. Con una barriga mayor te sentirás más pesada y quizá algo más torpe, que se acentúe el dolor de espalda, la hinchazón de las piernas o que te cueste más respirar. Todo ello se debe a que el tamaño de tu barriga es mayor y presiona algunos órganos y venas. Verás como te acostumbras pero, sobre todo, debes pensar que la fecha de parto ya está más cerca. Ante cualquier duda o molestia excesiva consulta con tu médico, y ve preparando todo lo necesario para la llegada del bebé.

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