Alimentos que puede comer el bebé de 6 a 9 meses

¡Hola texturas, bienvenidos sabores!

La dentición marca una clara diferencia en esta etapa ya que podrás ir introduciendo nuevos alimentos y texturas que sean un poco más gruesas. Comenzando por la papilla clarita, y pasando al puré simplemente aplastado con un tenedor. ¡Llega el nuevo mundo de los sabores y las texturas!

Recetas ideales para aportar energía

En esta fase el crecimiento es rápido y tu bebé va ganando peso y creciendo de manera notable cada mes. Para que el crecimiento sea proporcional al desarrollo que el bebé necesita, es importante ir alimentando a tu hijo con diferentes nutrientes y alimentos que aporten más cantidad de calorías. En cada etapa el recién nacido ha tenido diferentes necesidades nutricionales:

  • El primer mes: 550 kilocalorías por día.
  • El sexto mes: 765 Kilocalorías por día.
  • A los doce meses: 1050 Kilocalorías por día.

Al introducir nuevos alimentos, irás desarrollando su capacidad de masticar y podrás incluir un producto lácteo para cubrir sus necesidades de calcio. La cantidad debe ser 500 ml de leche u yogures.

Debes seguir siempre los consejos del pediatra, porque hay alimentos que no es conveniente introducir hasta pasado el año de vida. No obstante ¡disfruta de esta etapa!

A los 7 meses:

Puedes incorporar ya los cereales como el trigo, la cebada, el centeno, la avena, el mijo o el sorgo que tienen gluten. Combinarlos con frutas y verduras que ya haya probado es una mezcla muy interesante. Ve sustituyendo los cereales sin gluten por los que tienen gluten muy poco a poco, cada día cambia una cucharadita para ver qué tal le sienta. Si quieres hacer una papilla muy rica, introduce 2 ó 3 galletas, pero ten cuidado puesto que entre sus ingredientes no debe estar el huevo, u otros alimentos que aun no le hayas dado. Puedes mezclar los cereales con yogur e ir creando nuevas recetas para animar a tu hijo a probar nuevos sabores.

Cuando lleguen los 8 meses:

Sustituye la papilla fina por una con una textura más gruesa. Puedes hacerlo directamente moliendo los alimentos con el tenedor. Puedes darle a tu hijo tomate fresco, hervido y quitándole previamente tanto la piel como las semillas. Otro alimento es el yogur natural, que supone un buen aporte de calcio, minerales, vitaminas y proteínas y le ayudarán a formar una buena flora intestinal equilibrada. Deja que tu bebé intente comer solo, potenciarás su autonomía, permitiendo que coja los alimentos y los machaque con sus manitas. Intentará llevárselos a la boca y hará los primeros ejercicios de masticación.

A los 9 meses:

Siempre déjate guiar por tu pediatra en lo relativo a los alimentos a introducir, pero puedes ir empezando a incorporar el repollo, la remolacha, los nabos, las coles o el apio. También el pescado blanco: a este tipo pertenecen la merluza, el lenguado y el gallo. Puedes triturarlos dentro de los purés de verdura y comienza en poca cantidad por si tu bebé reacciona con alguna alergia. El pescado aporta muchos nutrientes como el yodo, fósforo, calcio y proteínas, además de Omega 3 a través de los ácidos grasos poli-insaturados. ¡Sólo tienes que tener mucho cuidado con las espinas! Otras opciones ideales son la sopa o la sémola de maíz medio triturada.

Leches 2

Una vez se comienza con la alimentación complementaria, es el momento de pasar a las leches 2 de continuación. Tienen una composición igual a la de las leche de inicio, pero van añadiendo propiedades como el aporte de hierro y proteínas, para cubrir las necesidades de los más pequeños en el segundo semestre de vida. Esta variedad de leche no debe sustituir la lactancia materna exclusiva durante los 6 primeros meses de vida del bebé, siempre que sea posible.

¿Cómo preparar purés?

Una receta muy fácil:

  • 20/30 gr de carne
  • 50/100 gr de papa
  • 100 gr de verduras

Debes ser muy cuidadoso con la higiene. Lavarte bien las manos antes de manipular los alimentos y usar siempre utensilios de cocina perfectamente limpios.

Lava correctamente la fruta o la verdura que vayas a emplear para las papillas, y retira perfectamente las pepitas de las frutas que tengan, además de las zonas negras o más golpeadas.

En la carne retira la parte que contenga mucha grasa y compra siempre las partes más magras.

Insiste en la pescadería que te limpien muy bien el pescado retirando perfectamente las espinas. Recuerda que también puedes utilizar pescado congelado que normalmente viene más limpio.

Tritura bien todos los alimentos una vez cocidos como corresponda. Consigue una textura fina para que tu hijo le cueste menos comerla.

Si vas a hacer un puré o una crema de verduras solo tienes que cortar los vegetales en pequeños trozos, añade agua hasta cubrir, y cuécelas hasta que consideres que están blandas (cada verdura tarda un tiempo diferente). Cuela toda el agua y muélelo con el pasapurés, batidora o robot de cocina. Una vez terminado añade una cucharadita de aceite de oliva y recuerda que no debes ponerle sal, ya que no es conveniente para los bebés.

Conservación

No hagas mucha cantidad de puré, si lo guardas de un día para otro perderá vitaminas y muchos de sus nutrientes. En cada toma, el puré debe estar recién preparado.

Una buena opción es congelarlo, sigue estos consejos:

  • No lo introduzcas caliente en el congelador.
  • Apunta en el recipiente el tipo de puré y la fecha de cocinado.
  • No lo dejes mucho tiempo en el congelador, dáselo a tu bebé lo antes posible.
  • Para descongelarlo, hazlo siempre metiéndolo en la nevera la noche anterior.
  • No vuelvas a congelar jamás un puré que ya ha sido descongelado una vez.
  • Si congelas purés con tropezones, puedes descongelarlo y triturarlo posteriormente. Mejorará mucho la textura

La dextrinación

Las papillas se deben adaptar a cada bebé en función de su edad y preservar los requisitos nutricionales. En Laboratorios Ordesa el proceso de dextrinación que se ha desarrollado hace que las papillas mantengan un Óptimo Aprovechamiento Nutricional de todos los cereales que se utilizan.

Nuevos alimentos

Introducción de la alimentación complementaria de 9 a 12 meses. Yogurt a los 9 meses. Yema de huevo a los 10 meses. Legumbres a los 12 meses.

Defensas

Las defensas naturales del bebé necesitan complementarse con algunos nutrientes presentes en la alimentación; por tanto es fundamental alimentar a nuestro bebé correctamente.

En los primeros meses de vida, la leche materna aporta muchos nutrientes que ayudan al sistema inmunológico a desarrollarse correctamente, además de influir en el crecimiento de las defensas naturales. Algunas leches infantiles de fórmula tienen estos compuestos también.

Estos son los principales nutrientes:

  • Las proteínas séricas bioactivas.

Dentro de este tipo de proteínas están las inmunoglobulinas, la alfalactoalbúmina y la lactoferrina. Son fundamentales para el desarrollo de las defensas del recién nacido ya que le ayudan a eliminar bacterias y virus, así como evitan que se reproduzcan algunos microorganismos no favorables.

  • Los nucleótidos.

En la leche materna los nucleótidos suponen una de las fracciones proteicas importantes para la maduración de los tejidos y del sistema digestivo. Las defensas naturales también se ven favorecidas por estas moléculas.

  • Los Fructooligosacáridos, lactobacilos y bifidobacterias.

Necesarios para un equilibrio correcto de las bacterias de la flora intestinal también intervienen en la digestión favoreciendo la absorción de nutrientes, minerales y vitaminas. Desde el punto de vista del sistema inmunológico, influyen positivamente a la hora de reducir las infecciones intestinales y ciertas alergias alimentarias, así como la atopia de carácter hereditario.

  • Los Ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, carnitina, taurina...

Influyen en el desarrollo y la maduración neuronal, ya que los encontramos en una alta concentración tanto en la retina y en el cerebro.

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